El huerto en verano: novedades

Además de la plaga de orugas, este verano hemos sufrido el ataque de un bichito no visto antes. Se trata del felix felixorum, y que podéis apreciar en la esquina de las dos fotos siguientes. Como en dos meses no ha abandonado nuestra vivienda, sino que al contrario, ha decidido quedarse y crecer, le hemos cogido cariño y hemos decidido acogerlo.



Versión del bichito con su apéndice chupeteador.



Como él, también han crecido mucho la tomatera y la planta de las guindillas. A estas alturas no se ha hecho ningún tomate, ni creo que se haga ninguno ya. :-( La planta ha enfermado y se han ido secando todas las hojas. ¡Pero la de las guindillas es muy prolífica!



De lejos quizás no se aprecian las guindillas porque se confunden con las hojas porque todavía tienen que madurar. Os pongo unos planos detalle. Esta planta es muy agradecida porque soporta muy bien el calor.





Las hojas están llenas de agujeros porque también la invadieron las orugas devoradoras. Mirad una de ellas.





¡Espero que a la maldita le pique y le repique la hoja de las guindillas! ¡Ojjjj!

La albahaca recibe un ataque ¿mortal?

Varias orugas se han estado comiendo la albahaca y así la han dejado.



Sugerencias sobre tratamientos welcome. ¡Salvemos la albahaca!

La mesa de cultivo

Después de un tiempo con las plantas abandonadas porque hemos estado ocupados con reformas en casa, nos hemos hecho con esta fantástica mesa de cultivo que conocimos en la feria Biocultura. Las dimensiones son 1,40 m x 0,60 m x 0,30 m y está adaptada al método de trabajo de Gaspar Caballero. De momento no lo seguimos, pero no lo descartamos en el futuro.



Esta foto es del jueves 8 de julio y los cultivos que hay, de izquierda a derecha y de atrás adelante, son:

- cebollino
- brotes de chiles mexicanos
- pimientos picantes tipo guindilla
- estevia (resucitando después del mal trasplante que le hice)
- fresales (resucitando también)
- tomatera de la variedad tomate rosa de Girona o perat (es como el de Montserrat pero con forma de pera limonera)
- lechugas rizadas
- judías de mata baja (por brotar)
- acelgas
- albahaca (devorada por una plaga de orugas)
- pimiento de ñora o bola (por brotar) (Si estos pimientos se dejan madurar y secar, sirven para hacer pimentón, pero verdes son fantásticos para hacer sofritos.)

A ver qué tal evolucionan. :-)

El brócoli-cabeza de Medusa

Hete aquí el brócoli (sí, eso alto de la izquierda es el brócoli, que se ha espigado), lechuga, rabanitos, estevia, menta, espinacas y berros, entre ellos algunos espigados también.



Han pasado los días y el brócoli ha crecido tanto que parece la cabeza de Medusa. No es muy bonito ni muy apetecible, y me llega por la cintura, pero lo cosecharé y algo haremos con él. Si hay que darle un buen rato de cocción, se lo daremos. Todo sea por no defraudarlo. Sé de buena tinta que su sueño es que nos lo comamos. :-)



Por petición unánime del público (ejem, bueno, de Isa, la hermana que más quiero), pongo una foto del guardián Colmillo Blanco y su aspecto feroz. :-)

¡Nos hemos comido la col!

Aquí se puede ver la col justo antes de cosecharla. La verdad es que está muy desmejorada porque se ha rajado. Creo que la tenía que haber cogido hace unos días. Como pasa con los árboles frutales, si llueve y el fruto ya está a punto, este absorbe el agua, revienta y se raja. Hace unos días estaba más bonita, pero, bueno, es nuestra col. Y la queremos. :-)



La col en la mesa y mi mano para comparar.


Fui deshojando la col para asegurarme de que se había rajado por la lluvia y no porque se hubiera metido algún bicharraco. Me quedé con el cogollo, que ha quedado un poco deforme. Las otras hojas apartadas también son comestibles. Solo tiré las grandes más feas y tocadas del exterior.


La hice juliana, Rafa cortó unos rabanitos y añadió tomate. Chorro de aceite de oliva, sal y ¡lista!


Pegado al borde del bol, en la derecha, se aprecia el troncho del que he cortado la col.

El brócoli y las novedades

Esta es la vista de las tres macetas que hoy quiero mostrar.



Aquí se puede ver el brócoli que ha pegado un gran estirón desde que el día 21 le pusimos humus de lombriz combinado con estiércol de oveja. Ya no hay que mirarlo con lupa para encontrarlo, como enseñé en una entrada reciente.



El finde semana pasado transplantamos la estevia y un plantel de lechuga. El plantel de lechuga me lo regaló un agricultor al que le compré dos planteles de acelgas en la Fira de la Candelera en Molins de Rei. Como hacía mucho frío todavía no quise transplantarlos y los dejé apartaditos esperando el momento. Intenté mantenerlos húmedos unos días para que siguieran fuertes, pero me descuidé y se me murieron. Un día que regué la estevia también mientras estaba en el banquillo esperando mejor tiempo, se mojó la lechuguita y pareció renacer. Así que con solo una hojita verde la pasamos a la maceta junto a la estevia. La estevia es una planta con un alto poder edulcorante. Todavía no la hemos probado porque la planta es muy pequeña, pero cuando crezca un poco la consumiremos y explicaré qué tal.

Como todavía había mucho espacio libre en la misma jardinera, hemos sembrado perejil rizado, perejil normal, cebollino y 4 rábanos (creo que no hemos saturado el sustrato).



A ver cómo se comportan ahora que viene mejor tiempo y el sustrato está bien fertilizado (con humus de lombriz con estiércol de oveja).

Espinacas para la sopa mora

Han pasado ya unas semanas desde la última cosecha de espinacas que reflejé en esta entrada.

Por suerte, siguen creciendo, así que la semana pasada volví a cosecharlas para hacer la sopa mora de Ondakin.com (blog muy interesante, por cierto) adaptándola a mi gusto.

La col y el brócoli van lentos pero con paso firme

Para que veáis cómo han crecido la col y el brócoli desde que los planté de plantel (comprado en la floristería Yagüe de Sant Ildefons, Cornellà), os recuerdo cómo eran entonces.

Estas fotos emparejadas están tomadas con algo más de una semana de diferencia. La segunda y más reciente de cada pareja la he tomado hoy.




Os presento la col y mi mano para comparar el tamaño.



A continuación un plano cenital del brócoli. Apenas se ve. Pensaba que ya no saldría, porque he leído que la recolección se hace al cabo de unos 100 días, y diría que al cabo de más de 120 ha empezado a nacer algo. Llevo tiempo queriéndole poner humus de lombriz para ver si reactivaba su crecimiento, pero no he podido, así que ahora que he comprado uno que va ser muy potente (con mezcla de excrementos de oveja!), se va a disparar hacia el cielo como las habichuelas de Juan. Confío en que mi jardinero fiel me eche un cable. :-D (ahí está su mano tomando unas medidas).


Aquí ya asoma. ¡Qué bonita es la planta vista desde esa posición!


Eché la foto cuando me di cuenta de que empezaba a salir.




En esta foto apenas se ve un ojo de Colmillo Blanco, la piedra decorada que vigila la terraza. Su mirada inquietante nos recuerda que sigue ahí. Al acecho.

La albahaca se heló

La primera ola de frío del invierno le fue muy mal a la albahaca. Mi padre me sugirió muy acertadamente que protegiera las plantas con un plástico, pero no lo llegué a hacer, así que la planta más vulnerable pagó las consecuencias.


Al cabo de unos días. Aquí casi ya ni se ve de lo consumida que está.


"Esto se merece un Oooooohhh muy fuerte", que diría Mayra Gómez Kemp.