lunes, 12 de octubre de 2009

Más detalle



La del dinero hay que cuidarla, eso sí, pero las demás me las pienso comer, así que las cuido todavía mejor. :-)



Los rábanos están creciendo a buen ritmo. Ya aprendí la lección y he plantado solo 4 semillas, porque cuando las eché del sobre hace año y medio, crecieron como spaghetti por lo amontonadas que estaban. La salvia asoma al fondo a la derecha pero la tapan las hojas de los rábanos. Las espinacas van poquito a poco. A su derecha se perciben los restos de la cosecha de berros. ¡Cómo picaban!



Esa piedra pintada, como se ve claramente, según su autora, es un perro. Aunque tenga unas cejas como las de Divine y dientes como perlas en la boca (no por lo blancos, que también, sino por lo escasas --dice el chiste) representa un can. Es un regalo que me gustó mucho. Y lo he bautizado como Colmillo Blanco (sí, ayer pillé la peli empezada y la acabé de ver. No la había visto nunca.) Es el guardían del jardín. Como se me acerquen las tórtolas asilvestradas del barrio, confío en que les muerda la yugular.

4 comentarios:

  1. yeahh!!
    La flor de la tienda sueca la plante yo ayerrrr
    :D

    _mi_

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  2. Muchas gracias por la información.... me paso lo mismo que a ti... plante demasiadas sin saber que esa era la causa de las raices como sphagetti. Para la proxima las plantare distanciadas. ¿Que hiciste con esos rabanos?

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Pues los rábanos-spaghuetti no sirvieron para nada. Los otros, los de la foto... ¡nos los comimos sin compasión! ¡Y estaban buenísimos en ensalada!

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